El problema, es que tú existes.
Te hubieses quedado en tu incólume esencia,
Desprendida de forma, de realidad, de cosas todas
Que me hieren al saber que…es que tú existes.
Y es lamentable – y suspiro- al entender el recuerdo
Ajeno de aquellos días cuando por mi mente paseaba
Y en cada pasillo no había rastro tuyo. Sin embargo, los desgraciados
Peros aún están allí, el más grande sigues siendo tú…el más pequeño
Sigo siendo yo – y entre tanto la aurora se mece como un niño
A quien han robado la infancia desde el vientre- y ahora yo como
Ese niño quiero rescatar en ti eso perdido, eso sin nombre, eso que….
Es que tu existes, y es lamentable, para mi, para nuestro pensamiento
-y no hablo del nuestro como nuestro, sino del mío como tuyo, haciendo
Honor a quien pertenece- Herida, tras herida, un barco abierto por la popa se
Desangra de ideas y se hunde muy profundo, donde la soledad acompaña
El fondo marino y los cometas no atraviesan, donde los colores de las sombras
Son distintos a la común oscuridad, donde me he perdido tratando de borrar
Lo que no quiero que trague mi alma confundida por tu…es que tu existes.
A resumidas cuentas, cuanto dolor expresa mi alma al entender que la geometría
De mis emociones no son reales en tanto que tú no correspondes a esa añoranza,
Tardía mañana de crepúsculos latentes de querencia, de esperanza, de tigres
Acorazados de sol, bañados de victoria y lozanía…y resulta que el problema,
A la final, sigue siendo que tú existes.
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