Mi pensamiento, que ha tratado de comprender la naturaleza misma de la eternidad, ha participado de una idea un tanto novedosa ( hasta la fecha no la he visto aún por allí expuesta) de como ésta –la eternidad – puede ser afectada circunstancialmente desde el tiempo, así como un espejo refleja la imagen de una cosa y esa cosa participa de su reflejo en tanto que fielmente le reproduce. Si vemos este espejo como lo inmutable-eterno y la Cosa (cual sea, o este caso “todas las cosas”, la Cosa) como finito-temporal, aquella refleja la realidad de esta como un modelo que, aún cuando en esencia no cambia, participa de todas las formas posibles.
En este caso el espejo inmutable-eterno brinda un parámetro preestablecido (obviamente por sí mismo) para reflejar la Cosa. Y es a este parámetro de los parámetros a quien acreditamos lo inmutable-eterno. La Cosa, aunque existe y participa de temporalidad, no puede exceder ese borde donde se desenvuelve y así el inmutable-eterno brinda desde su existencia de por sí, un para sí hacia la Cosa externa de quien participa activamente reflejándole.
Aquí la novedad de mi planteamiento: que la temporalidad de la Cosa siendo Cosa (vista en conjunto) es infinita y que al reflejarse sobre el Infinito Perfecto (inmutable-eterno) entonces le afecta no en esencia sino como en cuanto su propiedad misma de permitir el reflejo y muta (repito: no en esencia) actualizando su inmutabilidad-eternidad en cuanto propiedad (como las olas libre del mar donde el agua no avanza). De esta forma la acción de lo temporal sobre el marco eterno-inmutable no afecta la esencia de éste último pero sí en propiedad; propiedad que me atrevo a decir es Propiedad (no de puro nombre o virtual, sino real) y permite la convivencia de lo infinito a través lo Infinito, a saber, de lo temporal a través de lo inmutable-eterno; convivencia que de facto puede afectar a éste último y eso ya es mucho decir, puesto que sea por Propiedad o esencia mi planteamiento podría sonar paradójico por incluir posibilidad de cambio en lo inmutable-eterno, más aún, considerándole simplicísimo por antonomasia.
Sin embargo una lectura sobria de mi planteamiento revelará que tal paradoja no es del todo tan contraproducente y serviría para explicar la Libertad del Ser como Propiedad, y la libertad de los seres reflejándose en el marco de dicha Propiedad, consolidando un camino más (no pretendo haber resuelto el asunto) entre la Omnisciencia del Ser y Libertad, y la finitud del ser y libertad.
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