Es para mí decepcionante sentir soledad tan tenebrosa, agradablemente extraterrena empero. Los hombres con su recelo exótico hacia lo heterodoxo, tienden a olvidar que lo irrito de toda cuestión, llámese creencia o realidad, es un tanto o más espiritual que el propio teísmo? Tildarme en este momento de pagano, sería ponerme una confesión muy descarada en los labios, pues en mi mente la entrada se arrellana con la mera experiencia extra sensorial, lo cual, desvanece toda posibilidad de cambiar mi tajante reconocimiento a la Deidad, que sin duda alguna, a creado tan exuberante emplazamiento.
Sí, tuvo que haber un Arquitecto que fundase esta fachada de emociones exiguamente definidas. Al menos eso siento, y soy como he dicho: lo que siento. El nombre y naturaleza de ese Constructor, es lo que me aterra.
De cómo he llegado hasta acá, es para mí tan enigmático como definir las directrices de toda Belleza. Decirles una causa, es negarla con la cabeza? Pecado menos ilustre sería dejarle una horrorosa cicatriz al rostro del Creador, en el supuesto negado de que mis insulsos sentidos detectasen su presencia. Y es que debo ?estoy convencido- convivir con algún tipo de ?algo?, tal vez una Esencia Espiritual tan inocua, que escapa del restringido retrato de mi razón? Si no es que la Razón termina por destruirme con la Verdad.
Debo aclarar que en ocasiones soy puro Pensamiento, sin embargo, en contadas oportunidades he podido figurar cierta forma material muy humanizada.
Paupérrimo será todo adjetivo que trate de calificar de temible, esta ambigua situación que envuelve el anti terreno. Aquí, donde la frontera no es desértica sino más bien ?vacía en extremo? -por darle un nombre-; la inexperiencia de todo ápice de Creación es fácilmente reflejada en cada rincón impalpable, del vano abismo. Aún así, la ausencia de toda nulidad, no puede ?al menos para mí- ser más que una obra sobrenatural que colinde en lo Divino? Si esto es bueno o malo, si ha de estar gobernado por lo Universal o es simple consecuencia de un orden cósmico alterno y desconocido; no lo sé. Sólo estoy conciente de una cosa: de la vertiginosa mezcla de sentimientos y frivolidad, que habitan la no existencia de este sitio.
Es un tanto indescriptible, lo sé, pues se conjuga una dualidad unísona en cada aspecto. Trataré para no aburrirlos de ser lo más ecuánime en mis planteamientos, ya que el imperio de la emoción tornaría todo menos entendible.
Acá, el todo y sus particulares dejan de ser uno y sus complementos, no obstante, nada deja de ser perceptible, aunque no pueda asegurar la existencia de estímulos. Es incomprensible y la experiencia frustrante, pues se está conciente de una especie de ficción existencial; como un sueño palpable donde la duración de lo espontáneo es, si se quiere, eterna.
Sin duda, esta situación de ingravidez celestial raya conforme al báratro más inerte, como el pancista raya a veces en lo ridículo con su sórdido interés personal. Pensarán en lo absurdo que resuena todo esto; sépase que también lo he pensado?Ese es mi dilema: no puedo asegurar en qué punto, esta ?nada marginal? pasa de diantre a gloriosa y viceversa. Es hostil, de eso estoy seguro. Es delicada, de eso estoy seguro. Es agradablemente dañina?de eso estoy seguro.
¡Equívoca toda Lógica que trate de dar explicación! Aún si la falsedad es ilusoria, no sabría por qué ni a dónde se dirigen mis pensamientos; su Origen y el mío o la precariedad de sentirme mal cuando el Bien se acerca o peor cuando se aleja. ¡Yugo hay! Soy un esclavo que se aferra a la Bondad de lo maléfico. ¡Este sitio! ¡Condenado por lo bello y la perfección de lo insano! ¡Este sitio que ahoga y cura! Que no me toca pero hiere cuando respeta.
Me calmaré. Debo intentar explicar.
¿Es real lo inofensivo? Todo Orden tiene como domicilio la Razón de Producir. Remitiendo a lo causal como remanente de ese Orden, lo inofensivo debe ser por tanto un Absoluto Caótico, insustancial en extremo. Puro efecto. Una generatriz sin Origen. Un insulto no profeso. Un listado de síntomas sin Principio. Cavilo sobre esto, porque sería una manera de explicar el ?qué es? de este sumidero. Algo que por su inerme entidad, es tan caótico que no puede llamarse Real. Algo manso y arrodillado ante lo Absurdo... Tal vez un recuerdo taciturno sin causa, que en menoscabo de todo Intelecto, se burla a trastiendas de cualquier pauta o emoción.
Sí, algo de eso debe ser cierto?y no es del todo seductor.
Es decepcionante, les digo, tener que jugar este papel. Obligado a confirmar que lo Absoluto es desalentador al tacto, y que el estado etéreo se tiende gélido; como paraíso de mortajas arbóreas que eclipsan una fosa de sin sabores. Por supuesto, este colapso es a lo sumo deprimente, si se compara con la embriaguez olímpica que extasía cada pulgada mi ser con una Felicidad imperecedera. El origen de tal Superioridad, que rompe los límites de la Ternura y reboza raudamente la Pasión; es tan excelso e infinito que jamás llegaré a comprenderlo. Si esto no es más patético que toda Tristeza, entonces no sé de qué hablo?
¡Lo que hay es tan?! ¡No sé! Nunca el resentimiento había nacido del Amor, ni el castigo viajado con la prudencia, o el sentir paz, con lúcidos y abrasantes tormentos. Jamás la traición había conocido tregua o el juego menos azar, que un indómito chantaje. En los jamases de la Felicidad el Querer nunca tuvo menos diferencias, o el indeleble motivo de la Vida confundióse con el de la Muerte.
¡Ojalá me pudiesen comprender! ojalá pudiesen estar para que ver orientaciones que no son tales, y un radiante amanecer que disipándose así mismo, congela el Transcurso de toda oscilación temporal. Demasiados sentimientos se aman y flagelan en lo Imperioso de la Irrealidad, muy complicados para describirlos con franqueza.
¡Cómo describir el nombre de lo Anónimo y la explosiva alianza entre todo vértice inexistente!
Hay una Negación que se limita a blasfemar toda falacia como cierta. En cambio existe una Verdad que se cuela en cada espacio? Ya; todo esto es suposición. No puedo distinguirlas en realidad... Es como todo aquí, donde la Sombra y la Luz se entremezclan de manera tan hermosa y mundana, que procrean un flujo linealmente caótico.
Sé, que comunicar lo que siento; aboga a magistrados menos absortos en la vergúenza y el ahogo, la belleza y el horror que impregna sin tocar, y la burla neutral que me impide ser un testigo confiable. Aún así, aunque la fugacidad de lo instantáneo conspire en contra de lo Efímero y Tangible, haré mi mejor esfuerzo, que bien podría ser el peor en este sitio:
Veo como indivisas osamentas sobrecogen un curso de risas. Escapan de un baúl aledaño a todo Camino, que en la adimensional forma del Olvido encuentran, un refugio de sombras invisibles. Mas, entre tanta multitud incorpórea hallase una voz de seráfico mutismo, abriéndose un paso rasante de luceros cantarines, furtivas dianas inadvertidas de tristeza, empero desbordan melancolía. ¡Qué emoción! ¡Qué alegría! ¡Qué dolor!
¿Acaso lo táctil, por serlo, hace el dolor menos incompresible y júbilo más regocijante? No; lo táctil es una imprecación bendita, que brinda apremios limitados. Acá no hay recompensa real; acá, que por su lejanía no puede estar más cerca del Ínfimo Despótico, donde lo palpable no es evidente y las clarividencias de lo inasequible se muestran; todo lo tangible es confusión de Pérdida y Ganancia? Todo lo tangible es Ser que se devora, en una entelequia tan real; que mi Idealidad se lía con los espectros de lo Estático y el Tiempo.
El patrón clama ¡Grita! por misericordia. El estado inmutable se forja y derrite en los albores de una fluidez cálida y luego se esconde, se va a mecer en estancias flemáticas, cariadas en la neutralidad más infinita. Un desastre maravilla. Una confusa mezcla insoluble de todos los Ambos, crea lo Indescriptible, y, por tanto, emerge lo Invalidado ¡Lo ?nada es?! ¡Eso es! Todo lo es: Un Nada Indescriptible ¡Ja, ja, ja! Sin más ni menos, la conclusión es la más apetecible gula, que saborea el Metódico?para mí, cernido en este Mundo Universo, es una confusión más, que se diluye en lo lioso.
Finalmente, a pesar de tantos improperios; sólo me aflige una imagen cautiva en lo probable:
Me queda claro, que una armonía de lo mixto; Absolutamente Prodigiosa, domina este Reino de sombras claras y choques estáticos. Entonces, a veces cuando medito; se inmiscuye en mis pensares un inquietante silencio sensible; mezcla de Placer y Pánico. Una inquietante asonada, emanada del más puro Pensamiento, nace, viste mi Ser y me abate. ¡Una idea! Condena y Perdona? Aquí, en lo extinto del Todo; donde la Dualidad exhibe cara de Ley, es posible que Yo sea ¡El Creador!.
Sí, tuvo que haber un Arquitecto que fundase esta fachada de emociones exiguamente definidas. Al menos eso siento, y soy como he dicho: lo que siento. El nombre y naturaleza de ese Constructor, es lo que me aterra.
De cómo he llegado hasta acá, es para mí tan enigmático como definir las directrices de toda Belleza. Decirles una causa, es negarla con la cabeza? Pecado menos ilustre sería dejarle una horrorosa cicatriz al rostro del Creador, en el supuesto negado de que mis insulsos sentidos detectasen su presencia. Y es que debo ?estoy convencido- convivir con algún tipo de ?algo?, tal vez una Esencia Espiritual tan inocua, que escapa del restringido retrato de mi razón? Si no es que la Razón termina por destruirme con la Verdad.
Debo aclarar que en ocasiones soy puro Pensamiento, sin embargo, en contadas oportunidades he podido figurar cierta forma material muy humanizada.
Paupérrimo será todo adjetivo que trate de calificar de temible, esta ambigua situación que envuelve el anti terreno. Aquí, donde la frontera no es desértica sino más bien ?vacía en extremo? -por darle un nombre-; la inexperiencia de todo ápice de Creación es fácilmente reflejada en cada rincón impalpable, del vano abismo. Aún así, la ausencia de toda nulidad, no puede ?al menos para mí- ser más que una obra sobrenatural que colinde en lo Divino? Si esto es bueno o malo, si ha de estar gobernado por lo Universal o es simple consecuencia de un orden cósmico alterno y desconocido; no lo sé. Sólo estoy conciente de una cosa: de la vertiginosa mezcla de sentimientos y frivolidad, que habitan la no existencia de este sitio.
Es un tanto indescriptible, lo sé, pues se conjuga una dualidad unísona en cada aspecto. Trataré para no aburrirlos de ser lo más ecuánime en mis planteamientos, ya que el imperio de la emoción tornaría todo menos entendible.
Acá, el todo y sus particulares dejan de ser uno y sus complementos, no obstante, nada deja de ser perceptible, aunque no pueda asegurar la existencia de estímulos. Es incomprensible y la experiencia frustrante, pues se está conciente de una especie de ficción existencial; como un sueño palpable donde la duración de lo espontáneo es, si se quiere, eterna.
Sin duda, esta situación de ingravidez celestial raya conforme al báratro más inerte, como el pancista raya a veces en lo ridículo con su sórdido interés personal. Pensarán en lo absurdo que resuena todo esto; sépase que también lo he pensado?Ese es mi dilema: no puedo asegurar en qué punto, esta ?nada marginal? pasa de diantre a gloriosa y viceversa. Es hostil, de eso estoy seguro. Es delicada, de eso estoy seguro. Es agradablemente dañina?de eso estoy seguro.
¡Equívoca toda Lógica que trate de dar explicación! Aún si la falsedad es ilusoria, no sabría por qué ni a dónde se dirigen mis pensamientos; su Origen y el mío o la precariedad de sentirme mal cuando el Bien se acerca o peor cuando se aleja. ¡Yugo hay! Soy un esclavo que se aferra a la Bondad de lo maléfico. ¡Este sitio! ¡Condenado por lo bello y la perfección de lo insano! ¡Este sitio que ahoga y cura! Que no me toca pero hiere cuando respeta.
Me calmaré. Debo intentar explicar.
¿Es real lo inofensivo? Todo Orden tiene como domicilio la Razón de Producir. Remitiendo a lo causal como remanente de ese Orden, lo inofensivo debe ser por tanto un Absoluto Caótico, insustancial en extremo. Puro efecto. Una generatriz sin Origen. Un insulto no profeso. Un listado de síntomas sin Principio. Cavilo sobre esto, porque sería una manera de explicar el ?qué es? de este sumidero. Algo que por su inerme entidad, es tan caótico que no puede llamarse Real. Algo manso y arrodillado ante lo Absurdo... Tal vez un recuerdo taciturno sin causa, que en menoscabo de todo Intelecto, se burla a trastiendas de cualquier pauta o emoción.
Sí, algo de eso debe ser cierto?y no es del todo seductor.
Es decepcionante, les digo, tener que jugar este papel. Obligado a confirmar que lo Absoluto es desalentador al tacto, y que el estado etéreo se tiende gélido; como paraíso de mortajas arbóreas que eclipsan una fosa de sin sabores. Por supuesto, este colapso es a lo sumo deprimente, si se compara con la embriaguez olímpica que extasía cada pulgada mi ser con una Felicidad imperecedera. El origen de tal Superioridad, que rompe los límites de la Ternura y reboza raudamente la Pasión; es tan excelso e infinito que jamás llegaré a comprenderlo. Si esto no es más patético que toda Tristeza, entonces no sé de qué hablo?
¡Lo que hay es tan?! ¡No sé! Nunca el resentimiento había nacido del Amor, ni el castigo viajado con la prudencia, o el sentir paz, con lúcidos y abrasantes tormentos. Jamás la traición había conocido tregua o el juego menos azar, que un indómito chantaje. En los jamases de la Felicidad el Querer nunca tuvo menos diferencias, o el indeleble motivo de la Vida confundióse con el de la Muerte.
¡Ojalá me pudiesen comprender! ojalá pudiesen estar para que ver orientaciones que no son tales, y un radiante amanecer que disipándose así mismo, congela el Transcurso de toda oscilación temporal. Demasiados sentimientos se aman y flagelan en lo Imperioso de la Irrealidad, muy complicados para describirlos con franqueza.
¡Cómo describir el nombre de lo Anónimo y la explosiva alianza entre todo vértice inexistente!
Hay una Negación que se limita a blasfemar toda falacia como cierta. En cambio existe una Verdad que se cuela en cada espacio? Ya; todo esto es suposición. No puedo distinguirlas en realidad... Es como todo aquí, donde la Sombra y la Luz se entremezclan de manera tan hermosa y mundana, que procrean un flujo linealmente caótico.
Sé, que comunicar lo que siento; aboga a magistrados menos absortos en la vergúenza y el ahogo, la belleza y el horror que impregna sin tocar, y la burla neutral que me impide ser un testigo confiable. Aún así, aunque la fugacidad de lo instantáneo conspire en contra de lo Efímero y Tangible, haré mi mejor esfuerzo, que bien podría ser el peor en este sitio:
Veo como indivisas osamentas sobrecogen un curso de risas. Escapan de un baúl aledaño a todo Camino, que en la adimensional forma del Olvido encuentran, un refugio de sombras invisibles. Mas, entre tanta multitud incorpórea hallase una voz de seráfico mutismo, abriéndose un paso rasante de luceros cantarines, furtivas dianas inadvertidas de tristeza, empero desbordan melancolía. ¡Qué emoción! ¡Qué alegría! ¡Qué dolor!
¿Acaso lo táctil, por serlo, hace el dolor menos incompresible y júbilo más regocijante? No; lo táctil es una imprecación bendita, que brinda apremios limitados. Acá no hay recompensa real; acá, que por su lejanía no puede estar más cerca del Ínfimo Despótico, donde lo palpable no es evidente y las clarividencias de lo inasequible se muestran; todo lo tangible es confusión de Pérdida y Ganancia? Todo lo tangible es Ser que se devora, en una entelequia tan real; que mi Idealidad se lía con los espectros de lo Estático y el Tiempo.
El patrón clama ¡Grita! por misericordia. El estado inmutable se forja y derrite en los albores de una fluidez cálida y luego se esconde, se va a mecer en estancias flemáticas, cariadas en la neutralidad más infinita. Un desastre maravilla. Una confusa mezcla insoluble de todos los Ambos, crea lo Indescriptible, y, por tanto, emerge lo Invalidado ¡Lo ?nada es?! ¡Eso es! Todo lo es: Un Nada Indescriptible ¡Ja, ja, ja! Sin más ni menos, la conclusión es la más apetecible gula, que saborea el Metódico?para mí, cernido en este Mundo Universo, es una confusión más, que se diluye en lo lioso.
Finalmente, a pesar de tantos improperios; sólo me aflige una imagen cautiva en lo probable:
Me queda claro, que una armonía de lo mixto; Absolutamente Prodigiosa, domina este Reino de sombras claras y choques estáticos. Entonces, a veces cuando medito; se inmiscuye en mis pensares un inquietante silencio sensible; mezcla de Placer y Pánico. Una inquietante asonada, emanada del más puro Pensamiento, nace, viste mi Ser y me abate. ¡Una idea! Condena y Perdona? Aquí, en lo extinto del Todo; donde la Dualidad exhibe cara de Ley, es posible que Yo sea ¡El Creador!.
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